Resulta que, para Apple, no era tan pecado lo de permitir a los usuarios personalizar su iPhone. Durante generaciones, se ha avivado el debate entre si el iPhone debe abrirse o no a la personalización. Si era o no herejía a la religión de Jobs cambiar algún que otro icono, alguna que otra fuente.
Desde el bando contrario a la personalización, siempre se ha izado la bandera conservadora, bajo el grito de que «el iPhone está bien como está» y que, para personalizarlo, mejor comprarse un Android. Perdónanos, jobs, porque el iPhone es cada vez más personalizable.
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Hace apenas una semana, Apple presentaba iOS 16. Nunca ha sido un sistema con grandes cambios entre versiones, pero llamó poderosamente la atención que la principal novedad de esta versión fuese, precisamente, la personalización en la pantalla de bloqueo. Ese elemento sobrio y tan característico a nivel UI del iPhone, ahora modificable al gusto por el usuario.
Podemos cambiar la fuente (¡la fuente!), los widgets, atrevernos con diseños basados en emojis, colores atrevidos… Si no fuera por el notch, cualquiera diría que estamos haciendo de las nuestras con un OnePlus. Por supuesto, hay un claro orden en estas nuevas opciones de personalización. No podemos salirnos de las guías que marca Apple, y toda modificación que hagamos tendrá consistencia con la interfaz del sistema. Pero no, no era imposible eso de dejar el iPhone a nuestro gusto.
No fue poca la polémica con iOS 14, sistema en el que se podían cambiar los iconos mediante un sistema de atajos que, siendo fieles a la verdad, abrió la puerta a que la gente le hiciese verdaderas atrocidades a la pantalla de inicio del iPhone.
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Pero esto se ha hecho siempre. Uno de los puntos ‘mágicos’ del Jailbreak era el de poder personalizar el iPhone en profundidad. Con iOS 15 nadie ha sido capaz de hacer Jailbreak, por lo que poco a poco va muriendo, pero siempre ha habido un bando a favor de la personalización.
¿Y si ambos bandos pudiesen convivir? Apple ya permite personalizar el panel de bloqueo, por lo que no sería en absoluto descabellado ver más opciones de personalización (puede que para la pantalla de inicio) en siguientes versiones de iOS.
Una personalización «cerrada», sin aplicaciones externas ni descargas adicionales desde ninguna fuente no oficial. Una personalización consistente con la estética de iOS, pero que permita al usuario dejar el móvil más a su gusto.
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